No todos los que asistimos a la iglesia estamos libre de pecado, se refirió Estela Rodríguez, ecuatoriana, quien esperaba en la fila del Parque del Perdón, ubicado en el Parque Recreativo Omar, donde hay ciento noventa confesionarios, realizados por reclusos de dos cárceles de Panamá.
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La fila era interminable, todo peregrino y panameño que llegaban al parque esperaban confesarse.
En los cubículos aguardaban sacerdotes de cinco nacionalidades entre estas, iltalianos, portugueses, españoles, panameños para así poder entender cada idioma de aquellos que asistían a confesarse.
Miriam Nieto, del comité orientador de la JMJ, explicó que lo primero que se hace cuando los creyentes llega a las instalaciones es promocionar el Parque del Perdón.
Se les dice, bienvenido al Parque del Perdón, examina tu corazón para que puedas hacer una buena confesión, expresó.
Hasta el domingo las confesiones
La amable joven, entusiasta por este magno evento, mencionó que en el confesionario se atiende de 9 a.m. hasta las 5:00 p.m. Es decir unas ocho horas diarias durante seis días.
El sacerdote le brinda entre 10 a 15 minutos a los que se van a confesar. Esto se seguirá hasta este domingo.
De acuerdo con Nieto, hay cerca de 50 sacerdotes de varios países y se esperan con las horas que vayan llegando otros.
Luego de confesarse, los acudidos pasan a la gruta, el cual es el espacio con la Virgen María para hacer el examen de conciencia, precedidos por las mojas.
Este consiste en pensar en todas esas faltas que en su momento se hizo, el cual se dirá al padre y así poder recibir el sacramento de la reconciliación.